Desde hace algún tiempo podemos observar una transición desde iniciativas estatales orientadas a fomentar la difusión del diseño chileno, hacia iniciativas que fomentan su aplicación en diversos sectores de la vida social, con el propósito de generar beneficios sociales o económicos. Por ello cabe preguntarse cuál es el rol que el Estado chileno asigna al diseño en la sociedad que aspira construir y cuán alineados están los planes de estudios con estos requerimientos. A casi cincuenta años de su cierre, es necesario redescubrir la HfG-Ulm para entender los principios con los que desarrolló un modelo educativo que se distanciaba de las escuelas de artes y oficios, para responder a la reconstrucción moral y material del país. Este trabajo busca analizar esta propuesta pedagógica como forma de entender el diseño y su inserción en el tejido social. La reflexión cobra vigencia porque si bien el Estado chileno ha ido incorporando al diseño en distintas iniciativas, todavía está en construcción una visión integrada de lo que el diseño es y puede llegar a-hacer por el país. Por otra parte, la pregunta acerca del propósito de la formación disciplinar dista de estar resuelta y generar consenso.